Michelle Pfeiffer sorprende con el estado de su cara tras un accidente doméstico

Hablar del cine de los años ochenta y noventa es dialogar sobre los rostros que la industria encumbró como ejes icónicos de aquello sobre lo que versase la trama. Mientras los Arnold Schwarzenegger, Silvester Stallone, Chuck Norris o Bruce Willis ponían cara a las películas de acción, otra línea de actrices se convertían en mitos sexuales de un Hollywood a pleno rendimiento cinematográfico. Una de las intérpretes que mejor supo leer este panorama fue Michelle Pfeiffer, cuyas taquilleras apariciones la convirtieron en una de las actrices mejores pagadas del mundo.

Quien encarnase a Elvira Hancock en Scarface cuenta hoy con 65 años. Jamás se ha alejado de la escena pública, que ahora ejerce, entre otros frentes, también desde redes sociales. En Instagram acumula 3′1 millones de seguidores; todos ellos vieron cómo el pasado fin de semana Pfeiffer mostraba una imagen de su cara con un ojo subrayado de morado y magullado por un supuesto golpe. Una bolsa de hielo calmaba la zona. El motivo: pickleball, un deporte que aúna tenis y ping-pong, en plena cocina.

“¡Advertencia: mantened el pickleball fuera de la cocina!”, escribió la mítica actriz junto a las tres fotos que evidenciaban el accidente doméstico. No pudo evitar que brotara una preocupación que ella misma cortó de raíz al asegurar que no era “nada grave”. Incluso etiquetó a su maquilladora personal diciendo que tenía “un trabajo a su medida”. Para más inri, la hermana de la intérprete, Dedee Pfeiffer, bromeó asegurando que “continuó jugando” tras el impacto.

¿Qué es el pickleball?

El culpable fue un deporte en auge que fusiona elementos de tenis, pádel, bádminton y ping pong. No es complejo el funcionamiento: dos o cuatro jugadores, dependiendo si se practica en pareja o en solitario, golpean una bola por encima de una red buscando sumar puntos para constituir sets y, así, ganar el encuentro. Las palas en cuestión son de madera o de materiales ligeros; y la pelota, de plástico sólido, hueca y con agujeros.

Las diferencias con los deportes de los que hereda el estilo de juego son mínimas, pero muy notorias para aquellos que ejercen este deporte, que, igual que Michael Pfeiffer, nació en el ecuador del pasado siglo. Aquí también hay algún matiz: la actriz lo hizo en la Costa Oeste y este deporte en la contraria.